El músico Hernán Fernández habla sobre el origen del dúo Bettinotti Fernández, la vida del músico y la presentación de su último CD en el ND/Ateneo

Sentado en su minúsculo estudio del barrio de Coghlan, en donde también da sus clases de bajo y guitarra, Hernán Fernández nos habla de la vida del músico independiente y
reflexiona sobre la preparación y resultado del concierto más importante de su carrera en el ND Ateneo, llevado a cabo en el mes de junio. Mirada irreverente, cabeza despeinada y rasgos afilados; la imagen de Fernández satisface en forma sugestiva el cliché del artista desinteresado, conocido personaje de nuestras fábulas urbanas que pone su arte, o su bajo en el lugar central de la existencia. Junto a Alejandro Bettinotti componen el dúo de tango rock Bettinotti Fernández, que viene desde hace más de diez años desenterrando el tango del pasado porteño y trayéndolo con eficacia a los temas actuales que flotan en el imaginario de esta gran ciudad.

¿Cómo fue preparar esta fecha?
Bueno implicó mucho trabajo, sacrificio. La fecha la tuvimos con unos tres meses de anticipación y empezamos a hacer todo un trabajo respecto a nuestro proyecto artístico, tratando de hacer una síntesis para esta fecha tan especial, todo un muestreo de la música que exponemos a lo largo de nuestra carrera en el grupo.
Presentamos el quinto disco “Matemos al televisor” y no es algo de todos los días. Entonces dijimos que estaría bueno hacer una fecha grande y presentarlo en un lugar importante para que esté a la altura.

¿Qué significa para vos cómo músico haber logrado este concierto?
Esto significa mucho porque uno siempre busca en los proyectos artísticos tocar en lugares con nombre, eh… con prestigio y también haber tocado en un lugar así implica que la gente que maneja estos lugares le dan un crédito al artista para abrirle los espacios; porque consideran la trayectoria, la carrera y eso hace que hablen bien del proyecto y… eso a uno como artista lo llena de emoción.

¿Cuál es el balance que hacés del concierto?
Positivo. Porque se llenó la sala. Nosotros con la ansiedad y la expectativa y los nervios de preparativos de meses para que el concierto salga como uno quiere: que halla convocatoria, que el sonido esté bien, que la gente se vaya contenta, que la gente después te felicite porque la pasó bien, disfrutó y le gustó, eh… eso hace que nos vayamos contentos de todo aspecto.

¿Cuál es el lugar que ocupa la música en tu vida?
Y es… digamos el eje central de mi vida. Me aboqué a la música como forma de vida en todo tipo de aspecto, espiritual, económico, artístico. Y eso también trae sus consecuencias porque te dicen “¿Qué hacés de tu vida?” y si respondés “Soy músico” te van a volver a preguntar “¿Pero de que trabajás?”. Risas
Bueno en este caso digo “No, soy músico”.

¿Siempre te gustó el tango? ¿Te imaginabas dedicándote al tango?
Dedicándome no. Pero a la vez no imaginaba a que género dedicarme. De chico, por mis viejos que son más que nada bailarines de folklore, pero escuchaban también mucho tango, lo renegaba. Pero en la adolescencia mas que nada empecé a escuchar mucho tango, por motus propio, por curiosidad, porque me gustaba. Escuché a Piazzola, que capaz es lo que te entra más de entrada. Y después cuando formamos el grupo Señores Monos de Rock con Alejandro Bettinotti, empezamos a ver que los temas empezaron a tomar un lenguaje tanguero y bueno… eso generó que nos empecemos a abocar más a lo del tango. Después el grupo de rock se divide y quedamos Alejandro Bettinotti y yo. Empezamos tocando tangos clásicos, mechando dos o tres nuestros, que tenían un lenguaje rockero pero que no desentonaban. Cuando terminábamos el concierto nos pedían en el bis, alguno de los nuestros. Entonces ahí nos dimos cuenta que lo clásico era solamente para escuchar en casa y no tocarlo y empezar a aportar algo artístico, hablando de tango específicamente.

¿Porqué “Matemos al televisor”?
Matemos al televisor se refiere a apagar el televisor y apagar el televisor implica que uno se puede encontrar desamparado y no saber que hacer. Cuando en realidad si uno paga el televisor se puede dar cuenta de que puede hacer muchas otras cosas, que
solo ver el televisor en sus tiempos libres por ejemplo. Y además también refiere a la influencia que tiene el televisor en sí y que la opinión está muy formada por los medios y quizás la persona genera su propia formación de pensamiento 100% influenciada por los medios. Entonces tiene que ver con muchas cosas, no decir “bueno no ves mas televisión”, pero sí “Descuidá un poco la tele, que vas a encontrar muchas otras cosas para hacer”. Capaz apagás la tele y te leés un libro o apagás la tele y te vas a pasear o apagás la tele y te ponés a tallar una maderita. En ese aspecto creo que uno mata al televisor y encontraría muchas otras cosas más.

En estos momentos se encuentran preparando su regreso al ND/Ateneo. El 24 de octubre a las 22, volveran a cautivar a su público y a demostrar por qué Bettinotti-Fernández es una buena alternativa a la hora de matar al televisor.


Elin Santolo