El músico explicó por qué cambió su nombre, tras 35 años de carrera. Además, se refirió a Pappo y a la actual escena del rock nacional.

A principios de 2008, Miguel Vilanova, tomó una de las decisiones más riesgosas en sus 35 años de carrera: cambiar su nombre, Botafogo por Don Vilanova. De esta manera, comenzó otra etapa con un nuevo disco, ‘Adiós Botafogo, bienvenido Don Vilanova’, acompañado por presentaciones en Buenos Aires y una gira por la costa atlántica durante este verano.

“En este último álbum hay un poco más de rock asentado” confirma el guitarrista, que próximamente comenzará a grabar el sucesor. “Son canciones que siempre quise tocar y con una banda nueva, porque en el disco anterior, mi hijo (Andrés Vilanova) había tocado la batería, y yo grabé las guitarras y el bajo”. Justamente, se refiere a su última producción (un proyecto en el que colaboraron todos sus hijos) bajo el seudónimo “Botafogo”, que le había puesto su mentor, Norberto “Pappo” Napolitano en 1973.

¿A qué se debe el cambio de nombre?

A un montón de cosas de mi vida privada. Después surgió la idea de cambiar de nombre y me gustó el desafío de renunciar a un nombre de 35 años.

¿Por qué el “Blues” no es popular?

Las modas se van armando en armonía con los medios, las empresas, sponsors y se conforma de cierta manera. El rock tiene muchos más adeptos. En cambio, el blues siempre fue considerado como algo que está en una zona de nadie, no se sabe bien como considerarlo. Pero es muy respetado entre el público en general, yo hablo con un chico que le gusta el reaggae y escucha a B.B. King. Todos los estilos respetan al género, pero no tuvo la suerte de la popularidad. Un poco lo tuvo con Memphis, con la Misisippi quizás un poco menos, con las Blancablues en su momento, Pappo Blues sigue siendo el mejor. El blues tiene grandes cosas pero no pegó en la cuestión mediática, a veces está bien que sea así.

Si el “blues” fuese popular ¿Perdería la esencia?

Al menos, me gustaría ver que pasaría. Pero a veces en honor a la esencia se lo condena y no creo que sea así, puede ser una música muy popular, de hecho lo es y nadie lo sabe. Bob Marley era un guitarrista de blues y tocaba reaggae, Angus Young es un guitarrista de blues que hace rock pesado, Juanchi Baleirón es un guitarrista de rock y blues que toca reaggae, es una forma tocar, de tratar al instrumento, por eso se toca más blusero o no en cualquier estilo.

¿Cómo ves la escena del rock nacional?

Hay muchas cosas pasando, pero no da abasto la parte comercial. A veces tengo el honor de ser jurado y veo bandas espectaculares que desaparecen. Yo veo como un cuello de botella, si no se pertenece a dos o tres empresas que tienen difusión no hay forma de trascender.

¿Ves alguna solución al problema del circuito del rock?

Habría que inventar una unión, pero siempre estamos buscando las antinomias y siempre ignorando. Si vos hacés un anagrama con argentino, solo podés formar es ignorante, no sé por qué justo nos tocó eso, pero somos ignorantes en un montón de cosas. Lo más cerca que estuve de decir estamos sembrando una linda de semilla fue hace tres años con la ley músico. Yo estuve a favor y muchos que estaban en contra. Defendí mi punto de vista porque me parecía que era útil para el crecimiento democrático de qué está en la música, me parecía bueno que estuviéramos matriculados como un basurero, un psicólogo o un gasista. El primer violín del Colón si dice que es músico profesional, miente porque no hay ninguna ley en Argentina que diga que así es. Me dio bronca que por dos mil firmas se haya derogado la ley porque existió con tres artículos muy interesantes. Uno era que nadie debía pagar para tocar, sino cobrar. En Francia, todo lo que tiene que ver con derechos de autor, de intérprete y protección del músico como un sindicato, está unido. Tienen veedores en las meses de los demás, los tres toman acciones comunes.

¿Cómo era Pappo?

Ahora todo el mundo es amigo de Pappo, en su momento era un cuadrado que cantaba mal y siempre tocaba lo mismo. Era como se lo vio. Te acordás en el programa de Nicolás Reppeto que le dijo a DJ Dero, ‘¿Vos tocás?, pero dónde hermano, vos movés el disquito. Yo toco’, o también muy perspicaz, como cuando fue al programa de Bernardo Neustadt, que le preguntó: ‘Pappo usted que está hace tanto tiempo en la música, ¿La droga viene por el rock?’ y él le contestó ‘No, la droga viene por avión Neustadt’, a los cinco días pasó lo de ‘Southern Wings’, habían inventado una empresa para llevar drogas a Europa. Era así, una persona que se mostraba con luces y sombras y eso era lo que lo hacía ver como una persona temible. Por lo menos conmigo fue muy generoso, en el último Cosquín Rock que se presentó con Charly García, me dejó hacer el solo de ‘Desconfío’. Es un gesto inusual. Para mí Pappo es como Maradona o Fangio, está en esa categoría. Cuando todas las cámaras apuntaban a él y a Charly me permite hacerlo a mí. Así fue desde un 28 de diciembre de 1973, cuando tenía 17 años y empecé a tocar el bajo. Pero cuando se enojaba tenías que estar un poco lejos.

Leandro Martín Parente